Señales de que su empleado está listo para ser gerente
Es muy importante identificar las señales que indican que su empleado está preparado para ser promovido a un puesto de dirección en su empresa. Los que tienen madera de directivos rara vez se quedan luchando durante décadas en una empresa que no reconoce su esfuerzo y potencial. La mayoría se marchará al cabo de uno o dos años y se convertirá en el activo más preciado de la competencia si no se toman medidas cuando llegue el momento.
Aquí hay 6 señales seguras de que están listos para pasar al siguiente nivel en su empresa.
1. Siempre superan las expectativas
Este es el número 1 por razones obvias. Es el factor principal que siempre pone en marcha las ruedas de la promoción en cualquier empresa. Los líderes siempre van más allá de lo necesario porque son ganadores en la vida. Los ganadores saben que para destacar y tener éxito tienen que dar más de lo que dicta su categoría salarial.
Alguien que siempre supera las expectativas también es probable que sea un tipo de persona que se mueve hacia arriba y que buscará empleo en otro lugar si no se reconocen sus esfuerzos. Los que van más allá también pueden estar contentos en su puesto actual, pero si necesitas un gerente ofréceles el puesto primero.
2. Ayudan a otros miembros del equipo en lugar de obstaculizarlos
Se trata de un rasgo casi innato que se nota desde el primer día en que se contrata a un determinado empleado. Están dispuestos a hacer un turno cuando otro empleado tiene que marcharse antes, dispuestos a hacer un esfuerzo adicional y quedarse hasta tarde para ayudar al equipo a terminar el proyecto sin refunfuñar ni quejarse de sus planes para después del trabajo, y lo más importante: siempre tendrán la respuesta a cualquier pregunta que se les haga o buscarán sin descanso a alguien o alguna forma de encontrarla; independientemente de que tengan que poner en pausa su propia lista de tareas.
3. Son responsables de los errores, sin importar cómo pueda afectar a su percepción de ellos
Ningún directivo es infalible. Todo el mundo comete errores y un buen candidato a directivo es alguien que asume la culpa cuando no se cumple un plazo, o cuando un problema de servicio al cliente o de ventas no se ha resuelto adecuadamente. Preguntarán cómo deberían haberlo hecho mejor, o mejor aún: te dirán cómo deberían haber gestionado mejor el problema y se pondrán manos a la obra para solucionarlo sin ni siquiera pestañear. Como director general, no tienes tiempo para excusas. Tienes mejores cosas que hacer, ¿verdad?
4. Utilizan «nosotros» en lugar de «yo»; «nosotros» en lugar de «yo»; «nuestro» en lugar de «mío»
Esto no es un identificador absoluto de los directivos, ya que en general hay que evitar tener narcisistas en el equipo (a menos que estén escondidos en el sótano trabajando en el mantenimiento del servidor). Aun así, un buen gestor siempre tendrá una mentalidad de equipo en lugar de una mentalidad predominantemente individual. Este rasgo también puede estar presente en su primer día, pero también es algo que puede cultivarse con el tiempo. Mantén los ojos abiertos para comprobarlo.
5. Siempre buscan soluciones en lugar de problemas
Un buen directivo sabe «detectar» los problemas y empezar inmediatamente a buscar soluciones. Este es un escenario de vaso medio lleno, vaso medio vacío, porque el empleado que se sienta a quejarse de todos los obstáculos insuperables que tiene delante siempre va a estar «buscando» problemas y le costará mucho trabajo encontrar una solución real a los mismos. Las personas que no buscan soluciones también suelen contagiar a otros miembros del equipo y pueden destruir la moral, además de los beneficios.
6. Ya son directivos y no se dan cuenta
Este es un escenario muy común en las startups, porque el entorno de trabajo es menos rígido, menos corporativo. Sin que tú o ellos se den cuenta, un empleado especial se ha convertido en el «Jack» (o «Jill») de todos los oficios en la oficina: ayuda en todo, incluido el servicio al cliente, el marketing, las ventas, la administración, las tareas presupuestarias, la formación de los nuevos empleados, etc. Participa en varios procesos necesarios para que la empresa funcione con éxito, y se siente orgulloso y dueño de todo lo que hace. También suelen ser uno de los empleados más queridos y de mayor confianza de toda la plantilla, si no el que más.