Empezar con el fin en mente: Planificar la salida de la empresa como empresario
El dicho «todo lo bueno tiene que acabar» se aplica a los emprendedores de startups. En algunos casos, el emprendedor puede considerar que su experiencia es todo menos buena. Las largas jornadas, las cortas noches de insomnio y el hecho de responder a las llamadas de los molestos inversores en busca de las primeras señales de ingresos pueden poner a prueba incluso al inconformista más resistente. Pero los emprendedores no son sólo masoquistas, sino que reconocen que la relación riesgo/rendimiento también se aplica a las empresas de nueva creación y que, con el tiempo, debería dar sus frutos en el futuro.
Al prepararse para ese evento de liquidez, el propietario de la empresa debe tener en cuenta las actividades relativas a la venta de la empresa mucho antes de que se produzca el evento. De hecho, la propia empresa debe tratarse como un gran proceso de fusión y adquisición de principio a fin. En ese sentido, los siguientes pasos serán útiles para empezar con el fin en mente cuando se trata de salidas de empresas y desinversiones.
La estructura de la empresa es importante
Un sinfín de pontificadores te aconsejarán sobre la conveniencia de crear una C-corp, S-corp, LLC o sociedad. Le darán los pros y los contras en relación con el tratamiento fiscal, el reparto de beneficios y la propiedad. Cada entidad se comporta de forma diferente, según las circunstancias y el objetivo de la empresa. A menudo no se tiene en cuenta desde el principio la forma de constituir la entidad empresarial o por qué es importante considerar diferentes formas.
He aquí un ejemplo que le ayudará a hacerse una idea de por qué una estructura concreta puede suponer la diferencia de miles de dólares cuando finalmente decida vender la empresa.
En resumen, la estructura de su empresa es importante y también lo son unos estados financieros bien preparados, así que planifique con tiempo y organícese.
Compradores de la Corte temprano
Para el empresario exitoso con ingresos, encontrar un comprador es mucho más fácil. Son los negocios en dificultades los que suponen una venta más difícil. Establecer buenas relaciones en el camino mejorará su imagen corporativa, pero también puede servirle de otras maneras. Por ejemplo, un cliente había empezado a hablar con un competidor en su espacio desde el principio. Establecieron una buena relación y confianza entre ellos, aunque seguían peleando por los mismos clientes. Cuando nuestro cliente quiso salirse, este comprador fue el primero en enterarse de la operación, aprovechó la oportunidad y pagó más por el negocio de lo que podría haber valido para otros debido a las implicaciones estratégicas.
Además, saber quién puede ser considerado un comprador «estratégico» para su empresa será muy relevante cuando llegue el momento de la venta. A diferencia de los compradores financieros, que sólo se preocupan por las cifras, los compradores estratégicos se interesan por otras consideraciones externas de su empresa, como las posibles sinergias, el crecimiento y la expansión general del negocio. Por ello, cortejar a las personas adecuadas desde el principio -quizá incluso años antes de que tenga la intención de vender- puede suponer un gran beneficio para el valor que cree su empresa en el momento de la liquidez final.
Además, es útil conocer múltiples intereses estratégicos que puedan tener el deseo de adquirirla. Cuanta más demanda se pueda estimular en el momento de la venta, mayor será el precio que se obtenga cuando la empresa se venda finalmente. Es simple economía de la oferta y la demanda.
Planificar el patrimonio desde el principio
Hablar de planificación patrimonial es tan divertido como hablar de los impuestos, pero ignorar sus implicaciones puede resultar costoso. Hay que tener en cuenta aspectos como el seguro de vida, los acuerdos de compraventa, las disposiciones de compra y la financiación de la compra. Los desencadenantes de la compra pueden surgir de forma inesperada, como la muerte o la discapacidad del propietario. No estar preparado es como si tu mujer te dijera que quiere divorciarse sin haber firmado un acuerdo prenupcial. Perderá sus activos muy rápidamente cuando ocurra el desastre.
Independientemente de si eres un novato o un veterano emprendedor, si planeas la venta del negocio desde el principio, el tiempo necesario para completar un acuerdo a tu favor puede reducirse sustancialmente. Mi consejo personal es que trates cada negocio como si fueras a venderlo dentro de cinco años, porque lo más probable es que lo hagas.